Letra MI MEJOR LIKE:
Lo fácil es callarse
y no hacerse preguntas.
Cuando yo las hago siento
que molesto y se asustan.
Yo elijo el arte
siempre para cuestionar.
Soy ese artista que aunque llueva
nunca deja de tocar.
Mis instrumentos son
el corazón y mi voz grave
y seguiré tocando
aunque nadie pare a escucharme.
De pentagrama
un folio en blanco,
las notas
lo que estoy pensando.
Somos personajes
del guión que han impuesto y
yo el actor que no va a defender
nunca más ese texto.
Me venden la peli
como si fuese de amor
y sólo veo torturas
en cada escena del guión.
¿Dónde hemos llegado?
Se nos ha ido de las manos.
Triste paradoja porque
ya no lo soltamos.
Se nos olvidó vivir
dejando de fluir.
To’ se empieza a destruir
cuando dependes de un click.
Tecnología inteligente
y cada vez más tontos.
Dicen que estamos cerca,
es mentira, estamos rotos,
queriendo llenar nuestras
cuentas de seguidores
pero ¿quién te tiene en cuenta
a pesar de tus errores?
Siempre pa’ la sociedad
y no pa’ nosotros mismos
buscando ser aceptados
escondiéndonos en filtros.
Publicaciones con más
retoques de la cuenta
rogando “me gustas”.
Maldita dependencia.
Maldita dependencia
de enseñar que estoy despierto.
Maldita dependencia
de vender lo que no tengo.
Suplicando corazones
en una red social
mientras el nuestro se va rompiendo
cada día un poquito más.
Nos da pereza
hacer crecer a nuestra planta
pero sí que regamos
al personaje que nos suplanta,
estando más pendiente
de si algo ha gustado,
en lugar de tocar
el corazón de quien amamos.
Yo sigo con mis dudas
y las cosas que no entiendo
¿por qué siempre hay un móvil
partiendo cada momento?
Dicen que es que siempre
hacemos cosas importantes
pero ¿qué hay más importante
que respirar y saber pararse?
Ojalá nos miráramos
un poquito más a la cara.
Ojalá no hubiese escrito
estos versos mientras lloraba.
Nos hemos acostumbrado
a ir rápido de una aplicación a otra
y vamos pensando que en la vida
así son las cosas.
Peques que no corren
ni juegan al pilla pilla.
Yo de pequeño reía
ahora escriben ‘jaja’ de mentira.
Nos hemos vuelto fríos
ni una mueca en la cara,
normal, estamos vacíos
detrás de una pantalla.
Van hipnotizados de casa
a la escuela,
mi google maps siempre había sido
la mano de mi abuela.
Tanto que encontrar
y que poco que buscamos.
Enseñamos tanto,
de dentro nos olvidamos.
¿Dónde están tus sueños?
¿Dónde están tus alegrías?
¿Dónde están tus besos
y to’ eso que perseguías?
Einstein dijo que somos
arquitectos del destino
y yo me bajo de este barco
que se hunde y me creo el mío
pero no me voy
sin poner mi granito de arena,
os dejo esta canción para pensar
y poder romper cadenas.
La gente se va entregando
por ahí a cuentagotas
y ¿qué pasa?
Que relaciones sanas pocas.
No sé si es que porque me dijeron
50 veces que no como actor
pero ahora esta película
me la produzco yo y soy mi propio director.
En esta peli no hay reparto cerrado.
Esto lo puede protagonizar
cualquiera que se atreva
a soltarlo un rato de la mano.
Entro en el metro,
ya nadie mira al que está cantando,
cabeza abajo, en la vida de otro,
mientras la nuestra se va escapando
compartiendo la vida,
partiendo cada momento,
en una realidad fingida
por miedos y ego.
No quiero pasar
por esta vida de puntillas,
prefiero papel y boli
y escribir historias sin mentiras.
El día que entendí que lo mejor
era mi tiempo,
dejé de perderlo.
El resultado: este cuaderno.
Porque no es lo mismo
perder el tiempo que invertirlo
ni vivir historias
que en stories llenos de filtros.
Las facturas son más caras
postergando la reparación
por eso doy la cara
y me dedico esta canción.
También dejo restos
de poesía en el camino,
por si siento que hago el tonto
o que quizá lo olvido,
recordar de dónde vengo
y también to’ lo vivido
y como siempre cambié
una excusa por un motivo.
Canciones cortas
para adaptarme a los tiempos,
si soy honesto,
tres minutos son pocos pa’ mi talento.
O que hablar de este tema
igual me cierra alguna puerta
y ¿sabes qué? Que me la suda
porque soy de mente abierta.
Me reinvento,
con tacto, a pasito lento.
Ya no quiero más pastillas,
ahora me curo escribiendo versos.
En Ibiza compuse
en las faldas del castillo.
No te niego que era consciente
de que iba construyendo el mío.
Mi palacio, un poco más despacio
ese es mi lema.
Quizá no escribo tantos whatsapp
porque estoy escribiendo temas.
Recuerdo que llovía
y me ofrecieron un paraguas.
Se lo agradezco señora
pero quiero que el agua limpie mi alma.
Cuando hace frío
queremos que llegue el verano
y cuando nos da el sol en la cara
queremos nieve y abrigarnos.
Nos llenamos la boca
con el presente y la paz mental
y casi siempre se queda
en un pie de foto de Instagram,
como esas parejas
que se van de finde a un hotel
y les ha faltado enseñarte
que se corrieron follando contra la pared.
Yo es que me niego
que una herramienta tan productiva
me juegue a la contra
y sea la dueña de mi vida.
Hoy doy las gracias
a mi padre, a su arte
y a la guitarra en el parque
aunque no le mirara nadie
y a mi madre por estar
siempre, ser fiel y constante
y tener la fuerza y sacrificio
de sacar a sus hijos adelante.
Os amo y to’ eso
es lo que potencio como artista,
¡amor propio! Había carencias y
aprendí a darme caricias
y no perdí de vista,
no sólo en alfombras y revistas,
el arte me acompaña de noche
escribiendo sobre esta pista.
Yo seguiré buscando sentido
en esta vida y
así no siento que dependo
de una notificación vacía .
La vida son dos días
y eso es lo que hay.
Uno te lo pasas aparentando
y el otro regalando likes.
Siempre en busca de los mejores
hashtags ¡qué locura!
A to’ esa mierda dije: ¡hasta aquí,
basta, que tortura!
No lo quiero tanto en mis manos,
y en mis manos está cumplirlo.
Les sacaré provecho
acariciando a mi sobrino.
Mira esa pareja no se mira a la cara,
que pena, sigue mirando.
¿Crees que es sólo un momento?
¿O se ha convertido en un hábito?
Y ahora estoy enfadado
y te juro que me lo trato
mi terapeuta está al corriente
de lo que me pasa con este aparato.
Ya no miro tantas historias
así ordeno las mías.
Convierto mis lágrimas en tinta
y me salva esta poesía.
Me venden las redes
diciendo que estrechamos lazos
y yo siento un nudo en el pecho
A los 10 minutos, así que paso.
Y un ruido en la cabeza
que me atormenta y que me aleja.
Que me hace perder el foco
de lo que en realidad más me llena.
Fijo que los pájaros
están flipando desde las alturas
viendo como caminamos siempre
cabeza abajo y con dudas.
Sinónimo de tristeza,
de dolores de cabeza,
de sueños frustrados
y de ver que no consigues tus metas.
A lo lejos en un bar
veo una familia sentada,
deben hablar por el chat del grupo
porque nadie dice nada.
Tampoco cambiamos la hora
lo tenemos todo hecho.
Ojo lo fácil no te paralice
y no sepas dónde está tu techo.
Hay cosas que ocurren
otras te las tienes que currar.
Yo le di espacio a mis penas
y las he convertido en rap.
Cambian barrotes de prisión
por cristal de una pantalla.
De alguna forma también soy preso,
joder mi cabeza no para, no calla.
Cuando acabe el tema,
se acaba mi condena.
Comparto medicamento
para que se cure quien pueda
y no quien quiera
porque queremos mucho
y hacemos poco.
Sociedad de consumo y
entretenimiento, mal del coco.
Yo soy aquel niño pequeño
y ahora que hablo del coco
que venga ese hombre, o el del saco,
y me saque de este mundo roto.
No estés donde miren más
un teléfono que tu cara.
Si no te tienen en cuenta, lo siento
vuestro cuento no vale nada.
A mi madre le decían
¡su hijo no para de hablar!
y mira mamá, hoy lleno la nevera
hablando sin parar.

Click en el logo de Spotify para escuchar ‘Mi niño pequeño’.